¿Estás pensando en comprarte un Mac o un iPad? Tal vez deberías leer esto antes de acabar con tus ahorros. Más allá de modas y tendencias, la compañía de la manzanita presenta ciertas sombras turbulentas que podrían hacerte cambiar de opinión, y a continuación, veremos algunas...
1.- Ni vale lo que cuesta ni cuesta lo que vale
Apple es caro. Muy caro. Y punto. Si sumas el coste del listado de componentes que contiene cualquier producto, no te saldrán las cuentas. Hay quien te dirá que cuando compras Apple, pagas por innovación, por I+D, y pagas por la manzanita. Sobre todo, por ésto último. Pero la realidad es que Apple sabe perfectamente que un producto vale exactamente lo que sus clientes pagarían por él (el primer dogma del pricing), y la legión de defensores de la compañía de Cupertino siempre está dispuesta a pernoctar en la cola con una cartera llenita de billetes verdes. Por tanto, y racionalmente, el precio de los productos de Apple está sobrevalorado, aunque al parecer son muchos los que se piensan que el status no tiene precio. Si a eso sumamos que la manzanita hace una conversión de 1 a 1 de dólar a euro a la hora de poner precio a sus productos (WTF!?), veremos rápidamente que los productos de Apple, ni valen lo que cuesta ni cuestan lo que valen.
2.- Garantía sin garantías
Saltándose a la torera las normativas vigentes, Apple ofrece una garantía de sus productos de un año, cuando, con la ley en la mano, corresponden obligatoriamente dos años de garantía. Por éste motivo, FACUA ha denunciado a Apple ante el Instituto Nacional de Consumo y a administradores de consumo autonómicos por infrigir el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, la cual recoge que "el vendedor responde de las faltas de conformidad que se manifiesten en un plazo de 2 años desde la entrega". Ésto es todavía más hiriente cuando es la misma Apple la que intenta venderte la extensión de garantía con sus planes Apple Care Protection Plan (299 € para un MacBook Air). Hasta los más devotos defensores de Apple reconocen ésta tremenda deficiencia.
Apple es un búnker, y lo es por varios motivos:
Desde el punto de vista de software, Apple es un modelo de hermetismo sin fisuras, mantiene un férreo control sobre qué programas pueden y deben funcionar por sus dispositivos y cuales no deben hacerlo. Para mantener seguras sus fronteras, ha tomado medidas, como la de no utilizar el uso de Flash sobre muchos dispositivos, controlar con puño de hierro su tienda de aplicaciones o contenidos, o no instalar en muchos de sus aparatos puertos USB por los que pueda entrar cualquier programa o contenido no controlado por Apple.
Desde el punto de vista informativo, Apple es un búnker que despliega una intensiva estrategia de desinformación para provocar la ansiedad de sus adeptos. Las especulaciones, las filtraciones y los prototipos de iPhone "perdidos" se convierten en "el pan nuestro de cada día" para medios y fanáticos hasta que llegan las contadas y mesiánicas presentaciones oficiales.
Es un búnker, igualmente, por su concepción del hardware, ya que se salta todos y cada uno de los estándares de la industria: Intenta acceder a las tripas de tu i-Lo-que-sea para cambiarle las baterías. La tarea roza lo imposible (hasta MacGyver desistiría) y por supuesto, vulnera las condiciones de garantía del aparato, invalidándola ipso facto.
El catálogo de juegos disponible para Mac es simplemente irrisorio: 13, ni más ni menos, a día de hoy en la Apple Store. Y esto es perfectamente normal (y aplica otros tipos de software, como hemos visto antes): ¿Para qué invertir en la portabilidad de mis juegos a Apple cuando tan sólo un 5% de los usuarios usa un Mac? Ahora bien, si lo tuyo es jugar en el iPhone o en el iPad, es decir, los juegos casuales, puede que los productos de Apple sean más que suficientes para ti.
Los Macs pueden ser herramientas de diseño tan eficaces como cualquier PC (capacidad de proceso, potencia gráfica...), pero el problema que se plantea no es éste. El problema es que los Macs hacen una interpretación diferente a la que hacen los PCs con los conceptos de la tipografía y el color. Es decir, en el Mundo Mac se ven las cosas diferentes (incluso puede que más bonitas), por tanto, la visualización proporcionada por los Macs difiere sustancialmente de la que tendrán el 95% de los usuarios de una página web desde sus PCs. Si se nos llena la boca al hablar de "diseño centrado en el usuario", empecemos por lo más básico...
6.- Apple tolera la explotación laboral en las fábricas de sus componentes
Las exitosas cifras de ventas de Apple tienen un coste: las lamentables condiciones laborales en las fábricas chinas en las que se producen algunos de los componentes de sus máquinas. Son muchos los estudios realizados en éste sentido y los esfuerzos que dice que la marca de Cupertino está realizando para neutralizar ésta situación de explotación no parecen ni convincentes ni eficaces. No al menos para todos aquellos trabajadores de FoxConn (proveedor de Apple), a los que se les obliga a firmar hasta una cláusula de no suicidio en la empresa.
7.- Apple ama la ingeniería fiscal
La filial de Apple en España declaró en el 2010 un beneficio bruto de cifras cercanas a los 400 millones de euros, y tendría que haber pagado al fisco español un montante superior a los 100 millones de euros. Sin embargo, y dado que la filial española sólo ingresa legalmente una comisión equivalente al 1% de las ventas, lo suficiente para cubrir los gastos de su personal en España, al final su beneficio antes de impuestos es de sólo 5.8 millones, y lo que paga por el impuesto de sociedades es de sólo de 2 millones. Resumiendo: Apple dejó de ingresar en el erario público unos 100 millones de euros. Ahí es nada...
8.- La manzanita no es ecológica
Greenpeace ofrece un estudio periódico en el que puntúa a las grandes corporaciones en base a su grado de compromiso con las políticas medioambientales. Apple directamente ha desaparecido en las últimas ediciones de éstos estudios, y la razón es bien sencilla: la compañía se ha negado a proporcionar a Greenpeace los datos necesarios para su evaluación. Así, de un plumazo y con la callada por respuesta, la manzanita se ha pasado al lado oscuro de la ecología ofreciendo muestras más que significativas de su grado de compromiso con el medio ambiente.
9.- Apple ya no es "cool"
Con el iPod, el iPhone y el iPad, Apple revolucionó el mercado y se alzó rápidamente con la cima del "coolismo". Pero hay indicios de que ésto puede cambiar, y de hecho, ya está cambiando: en las navidades pasadas, el Samsung Galaxy S 2 dio un tremendo baño de ventas al otrora intocable iPhone en el segmento de los smartphones. Era mucho más estilizado, más ligero. Simplemente, era más "cool". La última presentación de Apple decepcionó a propios y extraños por su enfoque conservador y continuista. Es probable que el paso a mejor vida del gurú omnisciente de la marca de la manzanita, Steve Jobs, señale el paso definitivo del declive del "factor masmolón" de Apple.
Si has llegado hasta aquí, lo primero, gracias. Y segundo, y no más importante, quizás deberías preguntarte antes de comprar alguno de los "mágicos" productos de Apple: ¿Realmente necesito una manzanita entre mis cacharros tecnológicos o puedo vivir perfectamente sin ella?
Fuente: Netteo.es
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