domingo, 19 de marzo de 2017

El legado olímpico de Río 2016

Se cumplen ahora seis meses del final de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río. Quizás haya sido el mayor capricho concedido por el Comité Olímpico Internacional para autocomplacerse con el simple hecho de llevar este evento por primera vez a sudamérica. Y, como no podía ser, medio año después de su clausura se confirma: ha sido el mayor error en la historia del comité. Río de Janeiro NUNCA debió ser sede olímpica. Los Juegos no se debieron celebrar allí. Lo único que queda de ellos como legado es BASURA.

Panorámica del recinto olímpico en la actualidad.
En esta imagen panorámica se pueden apreciar lo que queda: miseria y ruinas. Varias de sus sedes se encuentran abandonadas, a merced de los saqueadores, algunas otras están podridas y las que quedan están en mal estado. ¿Este era el legado que quería el COI como legado olímpico para Río? ¿En serio pensaban que sería diferente en un país emergente pero en el que la mayoría de su población sufre la pobreza? Si no hay dinero para los ciudadanos, menos aún para mantener instalaciones que tuvieron un gran coste primero en su construcción y luego en su mantenimiento. 
Y mira que el Mundial de Brasil 2014 demostró muchas fallas en su organización...

Convertir a una ciudad en sede olímpica tiene un objetivo principal, que es el beneficiar a la ciudad y a sus residentes más allá de la celebración de los Juegos. Ni se cumple ni se cumplirá en Río. Sus ciudadanos nunca volverán a ver estrellas en la piscina donde brillaron Michael Phelps y Mireia Belmonte, ni podrán hacer piragüismo donde reinó Saúl Craviotto, ni disfrutarán de más gimnasia donde Simone Biles se coronó como reina.

Las piscinas en la actualidad
Desde que se clausuraran los Juegos Paralímpicos, allá por el 18 de septiembre de 2016, estas instalaciones han permanecido cerradas. Abandonadas. Olvidadas. Sin actividad ni mantenimiento. El lugar donde se celebraron las disciplinas de natación, waterpolo o natación sincronizada (¿os acordáis de las aguas verdes en las piscinas?) solo queda putrefacción y agua estancada. Las fachadas de este edificio y de otros muchos más, se caen a pedazos. Sus techos se caen. Por los suelos hay baches y no se puede caminar. El aspecto es triste, terrorífico y desolador.

Por no salvarse, no se salva ni el mítico estadio de Maracaná. El que fuera el escenario de las ceremonias de inauguración y de clausura de ambos Juegos, y uno de los estadios de fútbol más emblemáticos del mundo ahora está lleno de suciedad, de matorrales y ni siquiera tiene electricidad por desavenencias entre las administraciones locales y la empresa de energía encargada de proveer de electricidad el estadio.

Imagen aérea del interior de Maracaná

Otro ejemplo que evidencia la falta de interés en cuidar y mantener las instalaciones. Se ha vuelto a jugar al voley-playa, pero no en la sede original donde se disputaron las competiciones en los Juegos. Qué va. Se ha vuelto a jugar DONDE SE JUGÓ EL TENIS. Destrozaron la cancha cubriéndola de arena. Será por playas donde poder jugar bien al voley-playa...

Exteriores de la piscina olímpica.
Estas son muestras de que Río nunca debió haber acogido los Juegos de 2016 .Ahora vienen a mi memoria las aguas verdes de las piscinas, la penosa actitud del público abucheando a todo aquel que participara en contra de un brasileño, bueno, si iban, porque había eventos en los que las gradas estaban vacías, el desorden en las villas olímpicas a días de empezar las competiciones, la finalización de las obras a horas de empezar todo, la inseguridad para periodistas, voluntarios y deportistas, caos en el transporte, las insulsas ceremonias de inauguración y clausura (con el jaleo que hubo con los políticos brasileños), algunos arbitrajes y decisiones de los jueces, que no se supiera hasta el último momento si se iban a poder celebrar los Juegos Paralímpicos, el escándalo del dopaje en Rusia y su decisión posterior y muchas más que ahora no logro recordar. No quiero barrer para casa, pero la decisión que tomó el COI en 2009 fue un error. Y fue un error provocado por la cabezonería de un organismo senil, que está más preocupado de obtener beneficios y que vive en un mundo de corruptelas desconectado por completo del deporte. Si el COI no se regenera, cosa que ha prometido, irá viendo como su evento principal, el mayor evento deportivo del planeta (o uno de los principales), dejará de serlo.

La pista central de tenis reconvertida a sede de voley-playa
Muchos consideran, como yo, que los Juegos de Río 2016 han sido los peores de la era moderna. Peores incluso que los de Atlanta 1996 (que fueron otorgados porque la Coca-Cola, principal patrocinador, tiene su sede allí). Y ya es decir. Ojalá los Juegos de Tokyo 2020 sean mejores (ya con el vídeo que pusieron los japoneses dejaron con el culo al aire a los brasileños). Otro consideran que los Juegos de 2024 marcarán el punto de inflexión en el COI. Esto puede ser gracias a que no hay una candidatura mala. Los países aspirantes tienen buena pinta: París, Los Ángeles... ¿Madrid? No. Creo que Madrid no debería presentarse más. Si no se los dieron en 2016, que se los deberían haber dado, no se los darán nunca. Espero equivocarme y volver a ver los Juegos Olímpicos en España. Pero para que esto último pase, tendremos que esperar mucho tiempo.