El Campeonato de Wimbledon es el más antiguo de los torneos de tenis
que se disputan, iniciándose en 1877 a través de un prestigioso club
social de la clase alta londinense en el que sus miembros se reunían en
los soleados días veraniegos para pasar sus horas de ocio.
Ya por aquellos tiempos, las tendencias y cánones de la moda tenían una
gran influencia y el blanco era el elegido para las prendas de vestir de
forma informal durante el estío para sus días en la campiña, veranear o practicar sus deportes favoritos (como el cricket, polo, croquet o tenis).
El motivo por el que las clases altas vistieran de blanco se daba a
varias razones, pero la principal era por considerarse el más pulcro,
debido a que al transpirar a causa del calor el sudor no dejaba rastro
en la ropa.
Además, el blanco era algo que representaba a las clases más pudientes
durante el verano, mientras que las clases trabajadoras siempre vestían
de oscuro, debido a que sus ropas se manchaban con frecuencia.
Así pues, según se fue consolidando el torneo de tenis y dejó de ser algo exclusivo para los elitistas socios del ‘All England Lawn Tennis and Croquet Club’ que lo inició, siguió manteniéndose una serie de normas establecidas (aunque no escritas) desde sus inicios.
Pero la vestimenta blanca no era algo exclusivo del tenis ni de
Wimbledon. En otros muchos lugares y deportes practicados por personas
de clase alta se mantenía dicho código, pero poco a poco, tal y como se
entró al siglo XX y se popularizó entre la población en general, se
fueron incorporando nuevos colores y prendas, algo que en el torneo
londinense no se permitió.
Por tal motivo, en 1963 se estipuló que la vestimenta de los jugadores que participaran en el Torneo de Wimbledon debería ser completamente blanca. Una norma que tuvo que ser puntualizada en 1995 cuando se introdujo una especificación que señalaba que la vestimenta debía ser de un blanco puro y no crema o perla (como se estaba dando en algunos casos).
Dentro de este código de vestimenta de Wimbledon está contemplado
que, siempre que se lleve una prenda que pueda trasparentar, la ropa
interior también debe ser blanca.
Se han hecho algunas concesiones como permitir alguna franjas
(siempre y cuando éstas no tengan un grosor superior a un centímetro) o
que aparezca el logo de la marca de ropa deportiva (evidentemente con un
tamaño y color que no sean demasiado visibles).
A lo largo de la historia del torneo se han dado varios curiosos
casos de jugadores a los que se les ha llamado la atención o no se les
ha dejado empezar un partido hasta que no se han cambiado alguna pieza,
ya que en ésta predominaba otro color.
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