Poco antes de que un meteorito gigantesco impactara contra la Tierra y cubriera la atmósfera de polvo, dando como resultado fin a la era de los dinosaurios, habitaba en lo que hoy es Aragón un reptil gigante con pico de pato, un hadrosaurio, cuyos antepasados habían logrado emigrar desde tierras asiáticas, entonces separadas de Europa por el mar. Es el denominado 'Blasisaurus canudoi'.
Los restos del cráneo de este animal fueron localizados en el yacimiento pirenaico de Blasi, en Ares (Huesca) y, según cuentan los investigadores y expertos en la materia, se trata de una nueva especie de dinosaurio que vivió hace 66 millones de años y que tenía la particularidad de lucir una cresta sobre su cabeza. Por ello, se incluye en el grupo de los "lambeosaurinos", de los que no se tenía noticia alguna confirmada en Europa.
El hallazgo de los fósiles, ha sido publicado ahora en la revista 'Canadian Journal of Earth Science', cuando el hallazgo tuvo lugar en 1997, tiempos en los que se realizaba un mapa geológico de la zona.
El 'Blasisaurus' era un dinosaurio pequeño, de entre cinco y siete metros de largo y pesaba unos 500 kilos, más o menos como una vaca grande. Por sus mandíbulas, con cientos de dientes, se sabe que podía llegar a masticar las plantas más duras.
La forma del cráneo nos permite saber que tenía cresta, aunque no se haya podido recuperar en su totalidad. "La utilizaban para producir sonidos porque en el interior hay túbulos interconectados a la nariz que hacen "reverberar" el aire. Con esos ruidos, podían atraer a las hembras que estuvieran en celo o avisaban de diversos peligros", apunta Penélope Cruzado, investigadora del grupo Aragosaurus-IUCA de Zaragoza, una de las principales artífices del hallazgo.
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