Sin embargo, Nissan cree que ya tiene suficientes problemas con el desarrollo de nuevos modelos tanto híbridos como eléctricos que llegarán a los concesionarios en un futuro no muy lejano, así que ha decidido aparcar al DeltaWing para centrarse en otros modelos de competición con el cockpit (cabina) cerrado.
Tenemos que reconocer el riesgo que corrió la marca japonesa al lanzar al DeltaWing para las 24 Horas de Le Mans al equipar al modelo con un motor de 1.4 litros DIG-T (Direct Injection Gasoline - Turbocharged, en español, de Inyección Directa de Gasolina sobrealimentado con Turbo), que llegaba a desarrollar una potencia cercana a los 300 cv de potencia. Caballos más que suficientes para que marcase tiempos parecidos a los modelos de las categorías LMP1 y LMP2 (las punteras de la carrera de resistencia). El modelo, como he dicho antes, tenía un modelo rompedor y además, pesaba la mitad que sus competidores, llegando a ofrecer un 50% menos de la resistencia aerodinámica que cualquier otro coche de carreras convencional.
Una mala noticia para el mundo de los deportes a motor, ya que de haber tenido mejores resultados en Le Mans, los dos coches puestos en pista tuvieron que abandonar por culpa de dos accidentes con otros participantes, estaríamos hablando de un vehículo que habría marcado una época. Ojalá que retomen el proyecto y lo podamos volver a ver corriendo por los circuitos en vez de estar parado expuesto en un museo.
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