Daño ocular
Existen varios estudios que han certificado daños en el ojo a causa del sol. Según los investigadores las radiaciones ultravioletas
afectan a la mácula o área de la visión central que permite la máxima
agudeza visual y la visión en color a largo plazo. Es por ello que los especialistas
aconsejan el uso de filtros, es decir, gafas de sol. Además, tal y como
explica Ricardo Bernárdez Vilaboa, del departamento de Óptica II de la
Universidad Complutense de Madrid, “otras estructuras que se pueden ver
deterioradas en función de la intensidad y tiempo de exposición de la
radiación recibida son la córnea y el cristalino”.
Distintas longitudes de onda
La luz se distingue entre infrarrojo, espectro visible y espectro invisible dependiendo de la longitud de onda. El espectro visible está entre 400 nm y 700 nm, estando por debajo de 400 nm los temidos rayos ultra violeta: UVA, UVB y UVC. Son los rayos más energéticos y los más nocivos tanto para la piel como para los ojos.
Algunas gafas de sol solo protegen hasta los 380 nm sin embargo la
última generación de lentes, como las desarrolladas por las marcas
Polaroid o RayBan aseguran la protección hasta los 400 nm.
Protección ultravioleta
El color y la protección
¿Qué unas gafas sean color oscuro significa que nos protegen de los rayos UV? Para nada. La oscuridad de la lente solo disminuye la cantidad de luz que llega al ojo,
pero no significa que cuenten con el filtro UV correspondiente. En caso
de llevar demasiado tiempo unas gafas sin filtro, a pesar de no
percibir el daño, pues la visión es correcta, pueden aparecer ciertos
problemas de visión a largo plazo como una visión defectuosa o
desviaciones oculares.
Gafas polarizadas
¿Por qué son tan
especiales? Las primeras lentes de sol polarizadas fueron desarrolladas
por Edwin Land en 1936. Como nos explica Ricardo Bernárdez Vilaboa, del
departamento de Óptica II de la Universidad Complutense de Madrid
“cuando la luz no polarizada y aleatoria del sol se refleja en una
superficie plana, las ondas de luz pasan a ser polarizadas (orientadas
en una dirección determinada) en lugar de al azar. La luz no polarizada
ordinaria es una agrupación de las ondas electromagnéticas que pueden
recorrer todas direcciones, las ondas de luz polarizadas se limitan a un
plano”. Esto se traduce en deslumbramientos molestos que pueden incluso
ser peligrosos en ciertos momentos, como durante la conducción. Como
apunta Bernárdez, “las gafas de sol polarizadas filtran este deslumbramiento con una película de filtrado de luz polarizada.
Neutralizan reflejos incómodos que provienen de superficies como
carreteras mojadas, agua o nieve; de esta manera garantizan una gran
comodidad y una visión rica en contrastes”
Polarización y protección de las gafas de sol
Como nos apunta
el especialista en óptica de la Universidad Complutense de Madrid,
Ricardo Bernárdez Vilaboa “el nivel de protección depende de la
categoría del filtro que aparece con un número en la varilla de las
gafas en el interior de un círculo. La numeración es de 1 a 5 y
acompaña a modo de nota informativa a cualquier gafa de sol. El número
indica el uso aconsejado pasando desde luminosidad atenuada (1) hasta
luminosidad excepcional (5)”.
Cuando vayáis a compraros unas gafas de sol nuevas, no os guiéis por las modas estúpidas que corren hoy en día y elegid aquellas marcas que han estado siempre en el mercado y que gozan de una buena reputación.
Fuente: Muy Interesante.es
Etiquetado entre distintos tipos de gafas
El etiquetado no
marca diferencias entre las gafas de sol (polarizadas o no) puesto que
todos están incluidos como dispositivos de protección individual (DPI)
según las disposiciones y los requisitos previstos por la directiva
89/686 CEE (EN 1836:2005).
Cuando vayáis a compraros unas gafas de sol nuevas, no os guiéis por las modas estúpidas que corren hoy en día y elegid aquellas marcas que han estado siempre en el mercado y que gozan de una buena reputación.
Fuente: Muy Interesante.es
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