Si tuviéramos que seleccionar 5, o incluso 3 coches de Ferrari, sería muy difícil no encontrar entre esas elecciones al Ferrari F40, el súperdeportivo por excelencia de los años 80, y que el pasado día 21, cumplió 25 años. Desde que se lanzara allá por el 1987, el F40 ha sido el modelo de referencia para Ferrari, el último que presentó en vida el mismísimo Enzo Ferrari, y el modelo que divide los Ferraris clásicos de los modelos posteriores altamente tecnológicos.
Si comparásemos el F40 con el actual F458 Italia, éste último le barrería en cuanto a equipamiento, pero por otra parte, el modelo de 1987 le ganaría, pues supeditaba todo a las prestaciones más puras. Tenía un motor 2.9 V8 de 478 CV que unido a sus 1.100 kilos de peso, gracias al uso de la fibra de carbono y al kevlar, le permitían acelerar de 0 a 100 en 3.8 segundos y tener una velocidad punta de 324 km/h. De hecho, fue el coche de producción más rápido del mundo durante unos meses.
El diseño de Pininfarina también le ha llevado a la posteridad como un vehículo bello, bonito, sin los artificios actuales y con personalidad propia, ya que es un coche perfectamente reconocible. También abrió una línea nueva para Ferrari, que siguieron primero el F50, el Enzo después, el F458 Italia y quién sabe que más modelos de similares características en un futuro no muy lejano (se espera un sucesor para el Enzo, quizás en 2013).
Hay varios actos homenaje durante éste 2012 para reunir la mayor cantidad de los 1.345 F40 producidos entre 1987 y 1992 (de hecho, la foto es de la última reunión), un reconocimiento merecido a todas luces para un modelo que está, por derecho propio en el imaginario de los conductores de medio mundo y que es, para servidor, uno de los mejores bólidos jamás creados.
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